[2014]
La instalación está conformada por tres paneles sonoros que mantienen ocultos en su interior los mecanismos que generan el sonido, el cual se encuentra en relación formal con la apariencia de la superficie metálica que lo recubre. Cada panel reacciona de manera diferente a la presencia de los espectadores, tanto desde su textura sonora como en relación a la distancia de interacción, requiriendo una cercanía específica para el funcionamiento de cada uno.
Masa sonora se propone como una metáfora sobre la expresión de diferentes modos o condiciones de existencia. A través del ruido y de procesos no visibles, cada panel exhibe de manera parcial su potencial expresivo, donde el ruido es el encargado de trascender la contención y derribar el soporte que encubre su estructura interna.
La obra sitúa al espectador en un juego con lo sorpresivo, lo imperceptible y lo oculto, evocando a partir de las vibraciones y timbres diversas imágenes sobre lo que ‘contiene’ o hay ‘detrás’.
Trabajo realizado junto a Paula Guersenzvaig.
Jaime Rodríguez Gómez 